jueves, 5 de mayo de 2011

Desde el interior.

Hoy no hago más que pensar en ti… dibujó con un palo en la arena del parque una niña. Tendría unos seis o siete años y el poco aire que soplaba levantaba su brillante pelo, dejando ver unos tristes ojos. 
-         ¿por qué estás triste?- le preguntó el perro que olisqueaba sus pies.

-         No estoy triste, solo dibujo. Los adultos hacen eso, siempre piensan en alguien, en alguna persona que no esta con ellos, o alguna que si que lo está, pero siempre tienen a alguien en su cabeza.

-         Pero, tu eres una niña, no intentes hacer las cosas que hacen los adultos porque no las entenderás- dijo el perro extrañado de la niña.

-         No, te equivocas, ellos son los que no entienden nada. Se creen que el mundo es algo que se puede comprender, pero no es así. No entienden lo bonito que puede ser escribir en la arena y luego borrarlo, o hacer una casa con palos tal y como cada uno quiera. ¿ves a aquel niño de allí? Llora, pero llora porque se le ha roto el cubo, y ahora todo lo que meta se le volverá a caer, y no sabe como arreglar ese agujero. Ese es su gran problema, y ¿ves a aquella niña? Ríe, ríe porque acaba de vencer su miedo y ha sido capaz de tirarse por el tobogán. Esto, que ves a tu alrededor es el mundo, y solo lo comprendemos los niños, los adultos han olvidado todas estas cosas.

-         ¿y tu? Ríes, lloras… ¿tu que haces?- preguntó el perro asombrado.

-         Yo, sólo soy esa niña que llevan dentro todos los adultos, que intenta hacerles ver, en un intento continuo y fallido, lo que el mundo significa, que intenta dejarse ver para hacer que todo sea un poco más fácil y que la mayoría ha escondido muy bien en algún rincón de su interior…
-        
El perro lamió a la niña en la mano, y ella le abrazó. Luego desaparecieron….

El parque, estaba vacío. Solo estaba yo, la niña y el perro solo habían sido fruto de mi imaginación en un momento en el que pensaba si aun era una niña o ya me había convertido en adulto.

Borré con el pie aquello que yo misma había escrito, y me levanté sonriendo. Pensando, en lo mágica que es la imaginación, y en que sin ella y sin la niña que a menudo me da golpecitos por dentro…no sería realmente yo.

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